Nuevos estudios sobre desigualdad


Acumulación de capital y Movilidad social, una relación contradictoria

-Un comentario para Blog Escudrojo de Sergio Reuben Soto-


Tanto en los escritos que he presentado en este Blog Escudrojo, como en los últimos tres artículos académicos publicados en revistas especializadas,[1] se ha presentado un supuesto que surge de un esfuerzo inductivo sobre los hechos y datos concretos que muestra la realidad económica de los principales países capitalistas:  a) La presencia del crecimiento de la desigualdad en la distribución del ingreso, como un fenómeno normalizado entre esos países, b) la concentración del capital en pocas manos con el consecuente debilitamiento de la competencia en los mercados, y c) la aparición de altas tasas de desempleo o, cuando no, de un fuerte deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores asalariados (y crecimiento de la pobreza).  Estos hechos me hicieron conjeturar una relación entre ellos y el surgimiento de la crisis económica (incluyendo la lentísima “recuperación” del crecimiento en su producción y empleo), que dominó la década pasada.

De hecho ese supuesto, teóricamente plausible en el marco paradigmático de la Economía Política, está a la base de nuestra propuesta teórica que se concreta en el último artículo; de que es en el mismo proceso de acumulación de capital donde se encuentra el mecanismo que conduce a su concentración en pocas manos, y a la crisis.

Dos nuevos estudios vienen a darle un acabado más pulido a este conjunto de supuestos y teorías.  La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha publicado recientemente un cuadro en el que puede observarse el número de generaciones que requieren los habitantes de sus países, nacidos entre las familias de bajos ingresos (percentil 10), para escalar posicione hasta alcanzar las familias de ingresos medios.

La distribución que se deslaza desde Dinamarca en dónde sólo dos generaciones son necesarias para que una familia pase de ser una de bajo, a una de mediano ingreso, hasta Colombia, en la que una persona nacida en una familia de bajo ingreso nunca (11 generaciones) podrá ver a un vástago de sus hijos/as alcanzar el ingreso medio (gráfico arriba).

La movilidad social fue siempre una de las banderas levantadas por la socialdemocracia europea, no obstante que no fueran muchos los países de esa región que la consiguieran de manera sistemática.  Aún hoy muchos de ellos están por debajo de la media que presenta la OCDE (de 4,5 generaciones, prácticamente los bisnietos de la familia original).  Por el contrario, el “sueño americano” fue durante muchos años, el medio más reconocido para la movilidad social, pero, como se puede ver en el gráfico anterior, ha perdido fuelle, y hoy día se encuentra por debajo de la media de la OCDE.

El Foro Económico Mundial (WEF, siglas en Inglés), presenta resultados semejantes de un estudio elaborado por el Program for International Assessment of Adult Competencies en la página web (https://www.weforum.org/agenda/2018/11/education-does-not-always-equal-social-mobility/) que grafica la relación entre el coeficiente de desigualdad de Gini y un indicador de movilidad social.

A pesar de ser un estudio que abarca sólo 4 años, hasta el 2000, la relación es estrecha y suficientemente concluyente, no obstante que el problema de la movilidad social y la desigualdad se agravan después de la crisis que surge en el 2008.

Cuando se confirma esta relación en los países de la OCDE y en los mismos EEUU no debe pasarse por alto que esa movilidad es la que le da vitalidad a la vida social, especialmente en una sociedad que define el progreso y el bienestar en términos de capacidad adquisitiva.

Nuestra conjetura inferencial de una relación entre la desigualdad y el mal funcionamiento del sistema económico, como puede entenderse, es cíclicamente perversa, por cuando una provoca la otra.  Y no parece haber, dentro del sistema mismo, variables o elementos que puedan detener esa marcha infernal.  Sólo están disponibles para esos efectos elementos de naturaleza política…, siempre que el Estado pueda conservar la independencia suficiente del poder económico, para darle aire y oídos a la protesta popular.

En conclusión, los estudios sobre movilidad social y desigualdad vienen a confirmar el supuesto de que la desigualdad deteriora la estructura de la movilidad social.  El malestar que muestran los pueblos no es, como quisieran algunos entenderlo, por mala administración pública, por corrupción o altos déficit fiscales, ese malestar está enquistado en los mismos resultados del sistema económico, que indefectiblemente tiende hacia la concentración de la riqueza y la desigualdad.


[1] .- “Fundamentos hipotéticos para investigar la crisis económica contemporánea”, Revista Ciencias Económicas, Vol.30, N°2, pp. 89-130, segundo semestre de 2012, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Costa Rica.

http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/economicas/article/download/8008/7630

“La crisis económica actual: una visión desde la economía política”, Revista Ciencias Económicas, Vol.26, N°2, segundo semestre de 2008, pp.71-103, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Costa Rica,

http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/economicas/article/view/7138/6822

“La acumulación de capital trasgresora de la organización económica”, Revista de Economía Coyuntural, No.3, Vol.4, julio-septiembre, 2019, Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales “José Ortiz Mercado”, Santa Cruz de la Sierra, pp.57-110.

https://www.iies.uagrm.edu.bo/wp-content/uploads/2019/09/Economia-Coyuntural-VOL.4-NRO.3-2019-3.LA-ACUMULACI%C3%93N-DE-CAPITAL-1.pdf

Acerca de sreuben

Economista y Sociólogo
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